Superar la barrera de los 90 años es cuestión de mantener una actitud positiva, de ser amable, optimista y afrontar con confianza los obstáculos. Es lo que sostiene José Antonio Flórez, catedrático de Ciencias de la Conducta de la Universidad de Oviedo, que ayer desveló en el VII Congreso Mundial de Bioética las claves para alcanzar un envejecimiento digno y saludable. Reveló, por ejemplo, que ser optimista alarga la vida unos 7,5 años de media mientras que controlar el colesterol y la tensión arterial permite vivir en torno a 4,5 años más.
Del estudio que ha realizado con personas de 90 o más años se desprende que la felicidad no depende de la cantidad de bienes materiales acumulamos a lo largo de nuestra vida sino, más bien, de todo lo contrario. Familiares y amigos, señalados por el 40% de los encuestados, fueron escogidos como principal fuente de bienestar. «Lo fundamental sigue siendo la familia, porque es donde se neutralizan las situaciones estresantes y también la fuente fundamental del afecto y el amor», destacó Flórez, quien señaló a los seres queridos como la base para mantener un equilibrio emocional que permite mantener el sistema inmune indemne y la depresión a raya.
Como segunda fuente de felicidad los participantes del estudio situaron el sexo, que acaparó un 14% de los votos. «La vida sexual sigue jugando un papel muy importante para las personas mayores», recalcó el catedrático para señalar a continuación que los bienes materiales alcanzaron el 10%.
El tratamiento para lograr una vida longeva descrito por José Antonio Flórez no se vende en cápsulas ni puede encontrarse en farmacias y, aún así, está al alcance de cualquiera. Entre los «fármacos» que recomienda están el buen humor, una vida y una dieta saludables y mantenerse mentalmente activo para «contener el deterioro neurológico». Todo ello no es sencillo aunque pueda parecerlo: «Supone un sacrificio y un esfuerzo personal que no puede desaparecer porque en ese mismo momento aparecerá el envejecimiento».
«Acariciar el cerebro»
No obstante, este experto no obvia la importancia de una buena genética ya que, resaltó, explica el 50% de la longevidad de un individuo. Apunta, eso sí, que existen una serie de reacciones que pueden generar endorfinas, «hormonas de la felicidad», que ayudan a cristalizar el equilibrio emocional. Desveló, asimismo, que las personas positivas tienen un 60% menos de posibilidades de desarrollar enfermedades cardiovasculares mientras que los pesimistas generan un 32% más de cortisol, que tiene efectos inflamatorios y favorece el dolor.
En esta línea, José Antonio Flórez hizo hincapié en la importancia de activar de forma adecuada «nuestra botica interna», buscando sensaciones que «acaricien nuestro cerebro en lugar de machacarlo».