He leído con cierta indiferencia la noticia del posible cierre de EyeOS. Se trata de la empresa del mediático Pau Garcia-Milà que en muchos medios ha sido los últimos años el paradigma de la tecnología y el emprendimiento del país. Menos indiferencia me ha causado leer en el propio blog de Pau algunas reflexiones personales sobre el tema. De entre todas me quedo con una frase suya: “O follamos todos, o la puta al río. ¿No?”
Quizás yo haya sido un emprendedor menos clásico, pero siempre he preferido follar con mujeres antes que pagar a mujeres para follar.
Pagar por follar es no participar en el baile del ligoteo, en ganar a veces, perder otras muchas o esforzarse en todas. Es simplemente pagar sin esfuerzo. Y eso es, tristemente, lo que hemos visto estos años en muchos que se autodenominan emprendedores. Su carrera no es follar con esfuerzo, sino buscar quien les paga las putas. Perdón la vulgaridad pero creo que el ejemplo es claro.
Y desde esta columna hemos criticado a políticos, banqueros, economistas o periodistas, pero quizás llega el momento de criticar a algunos de estos autodenominados emprendedores. Aquellos que simplemente han pensado que hablando bien en público, incrustándose en sociedad civil, saliendo en prensa y sobretodo vendiendo humo ya era suficiente para participar en el juego de la economía global. Son aquellos emprendedores que nunca publican sus cifras, nunca se conocen sus clientes y solo hablan de futuro. Grandes frases, grandes mensajes, pero cuando escarbas un poco no hay nada.
Quizás las putas --una profesión respetable-- los conozcan mejor que un servidor. Pero ahora tengo claro que no hace falta gente que viva de la apariencia y el mensaje vacío. No hace falta gente que pague putas, sino gente que salga a ligar por si mismo. Los tiempos de la prostitución se han acabado para muchos, y EyeOS es sólo el primero de una extensa lista de los llamados emprendedores que, seamos francos, también toca ya desenmascarar. ¿Hacen una lista?